Jóvenes evitan ir al médico por ansiedad sostiene docente de la Universidad Europea

“CADA VEZ HAY MÁS JÓVENES QUE EVITAN IR AL MÉDICO POR ANSIEDAD O MIEDO A SUFRIR”

● “Hay intolerancia al daño por lo que solo basta con generar una expectativa negativa para querer huir de esa experiencia”, analiza Mariola Fernández, profesora de Psicología en la Universidad Europea.

● El miedo al médico o al procedimiento que conlleva es una fobia enmarcada en el espectro de los trastornos de ansiedad que puede ser tratada a través de la terapia psicológica cognitivo-conductual junto con la exposición progresiva.

Quito, Septiembre de 2025.- Aunque nuestro cerebro no sepa si es, o no es cierto, al recibir estímulos asociados a los síntomas de una amenaza o peligro, como un contexto de estrés o ansiedad, activa directamente una alarma para protegernos. “En algunos casos, simplemente escuchar opiniones o noticias sobre enfermedades o ver contenido médico en medios, ya es suficiente para activar ese temor, si lo tenemos bien arraigado”, explica Mariola Fernández, profesora de Psicología en la Universidad Europea, refiriéndose a la “iatrofobia”, una fobia enmarcada en el espectro de los trastornos de ansiedad, que implica miedo a los médicos o a los procedimientos médicos en sí, por lo que la persona evita a toda costa acudir a consulta.

El fenómeno de la iatrofobia crece entre los más jóvenes, asegura esta docente de la Universidad Europea. Ya sea por traumas previos en consulta -en la infancia o en la vida adulta- o por la sobreexposición a desinformación sanitaria, las nuevas generaciones desarrollan una percepción distorsionada y negativa de la experiencia médica.

El resultado es “una preocupante tendencia a evitar las citas con su doctor o doctora de cabecera”. “Estamos viendo personas que soportan niveles de dolor crónico alarmantes como infecciones sin tratar, tumores avanzados, fracturas que nunca recibieron atención. La mente humana es capaz de racionalizar mucho con tal de evitar lo que teme”, advierte.
Mientras que parecen más comprensibles las razones por las que las personas de edad avanzada esquivan la consulta médica -el temor a un diagnóstico irreversible, por ejemplo-, en los jóvenes la resistencia tiene raíces más complejas.

“Cada vez hay más jóvenes que evitan ir al médico por ansiedad o miedo a sufrir. Digamos que hay una intolerancia al “daño”, cuando realmente ni siquiera lo han experimentado”, analiza. Pero, con solo generar una expectativa negativa, “es suficiente para querer huir de esa experiencia, lo que influye en la configuración del fenómeno de la procrastinación ansiosa”. Se trata de una auténtica aversión anticipada que produce un mecanismo de evitación que incluso puede llegar a la disonancia cognitiva. “El acto de acudir al médico puede activar mecanismos de defensa psicológicos ligados a la evitación del displacer anticipado, y eso explica por qué no me decido a ir al médico”, desgrana la experta de la Universidad Europea.

La iatrofobia tiene distintos niveles, desde la incomodidad leve al entrar en un hospital hasta ataques de pánico solo al pensar en una visita médica. “No se limita a los hospitales, muchos evitan consultas odontológicas, ópticas, farmacias e incluso rechazan cualquier contacto con personas que vistan uniforme sanitario. Además, hay personas que no soportan el olor a desinfectante o el sonido de un monitor cardíaco”, apunta.

No obstante, “en cualquiera de los casos esta fobia puede tratarse y superarse”, afirma Mariola Fernández. “La terapia cognitivo-conductual es muy eficaz: ayuda a identificar los pensamientos irracionales asociados al miedo y a sustituirlos por otros más realistas. También se trabaja la exposición progresiva, es decir, ir enfrentando poco a poco aquello que se teme”, asegura.

Lo esencial, subraya la profesora de Psicología de la Universidad Europea, es comprender que no se trata de una debilidad, sino de un miedo abordable. Reconocerlo y solicitar apoyo psicológico es el primer paso para recuperar el control.